A continuación, dio el salto a Estados Unidos. En cuanto llegó, en el año 1930, sus compatriotas de la mafia, que controlaban el boxeo, le utilizaron para sacar el máximo provecho, amañando combates (con púgiles de segunda fila u otros que se dejaban sobornar) y le exhibieron con el único fin de ganar mucho dinero a sus expensas. Hasta que un día se enfrentó a un púgil serio, Jim Maloney, que le propició una derrota humillante y Carnera decidió volver a Europa, donde recibió clases de boxeo.
Tras lograr varios éxitos y descubrir los pocos púgiles que había en Europa, se le quedó de nuevo pequeña y decidió volver a Estados Unidos. Para su desgracia volvió a toparse con unos mánagers que le utilizaron vilmente de nuevo.
Primo Carnera se había convertido entonces en un verdadero boxeador de primera, como demostró al arrebatar el título de Campeón de los Pesos Pesados a Jack Sharkey el 29 de junio de 1933, dejándole fuera de combate en el sexto round. Por un lado, fue su gran año y por otro, uno de los más trágico, cuando en un combate previo a su título mundial se enfrentó a Ernie Schaaf, campeón de la Armada estadounidense, al que noqueó en pocos asaltos con la desgracia de que tres días después falleció a causa de los golpes.
Carnera defendió su título en dos ocasiones y realizó una nueva gira por Europa y por Italia donde fue recibido como un héroe.
El 15 de junio de 1934, Max Baer, "el Apolo Judío", le derrotó en un combate épico, que terminó en el asalto 11 con los dos púgiles tendidos en la lona. Baer era bastante más técnico que Carnera, con mejor calidad boxística. Ambos habían llegado a matar a algún contrincante con la fuerza de sus puños, lo que generaba muchas expectativas sobre el combate. Al comienzo de la pelea se comenzaron a notar pequeñas diferencias a favor de Max Baer. En el primer round éste tiró a la lona a Carnera dos veces. En la segunda caída, el italiano arrastró consigo a Baer, es decir, cayeron juntos. Una vez en el suelo, siguieron dándose puñetazos. Según los registros periodísticos de ese combate, Baer le dice a Carnera "el que se levante primero es un marica…". Esta caída tan peculiar se homenajeó en la película Rocky IV en la pelea entre Rocky Balboa e Iván Drago.
Según transcurría el combate, Carnera intentaba desesperadamente alcanzar a un cada vez superior Baer, hasta que el árbitro paró la pelea y decretó el triunfo de Max Baer por K.O. técnico. El presidente de la "Paramount" y escritor Budd Shulberg, quien presenció la pelea, comentó después que: "Aquella noche, un hombre, norteamericano, judío, de Nebraska, padre de dos, derribó a golpes a la montaña errante y fue campeón mundial… pero además, aún tuvo la suerte de que Baer lo salvase -a Carnera- de Joe Louis. Joe Louis hubiese podido matarlo…".
Carnera se retiró del boxeo en 1938 por problemas de diabetes y por las deudas que le había dejado su carroñero mánager Lou Soresi.
Al año siguiente se casó con Giuseppina Kovacic, quien guió el resurgir de Carnera, esta vez como luchador profesional de lucha libre, controlando sus contratos y evitando que volvieran a engañarlo. Tras unos años en el circuito profesional y tras visitar multitud de países se retiró definitivamente de los rings en 1962. Inició una nueva vida abriendo una tienda de licores en Los Ángeles y participando en diversas películas de serie B de Hollywood interpretando el papel de forzudo. La película de 1956 "Más dura será la caída", que denunciaba la corrupción en el mundo del boxeo, protagonizada por Humphrey Bogart, se inspiró en la historia de Primo Carnera.
Primo Carnera murió de cáncer el 29 de junio 1967 y su funeral reunió a todo el pueblo de Sequals. No es de extrañar que a la entrada de su pueblo haya una dedicatoria que dice: "Viva Carnera".
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