Sokatira es un deporte tradicional vasco que consiste en que ocho personas, con un peso total máximo determinado, arrastran a otro equipo similar tirando de una cuerda, sobre terreno duro (frontón o similar), tierra o hierba.
Las categorías son de 560, 640 y 720 kilos y peso libre. En juvenil, el peso límite es 560 kilos y en femenino, 520 kilos. La soga no tiene menos de 10 centímetros de circunferencia, ni más de 12,5 y una longitud máxima de 32 metros. Para competir, se marcan tres paralelas en el suelo, distantes 2 metros la central de las otras dos. La soga, tirante, tiene su centro sobre la línea central del suelo. En la soga, se hacen cinco marcas: una roja, central; dos blancas, a 2 metros de ésta y dos azules, a 5 metros de aquélla. La soga debe agarrarse a 30 centímetros de la última marca.
Sólo tocan el suelo los pies y deben estar adelantados a las rodillas, las manos deben coger siempre la soga, no se puede apoyar el brazo ni la cuerda en el muslo; la soga debe estar tirante y derecha desde el inicio, sin nudos, no retorcida, ni enrollada alrededor del cuerpo (excluyendo al hombre ancla). Una tirada se gana cuando una de las marcas de los lados pasa sobre la línea del suelo más lejana a ella.
El 19 de febrero, comenzó el mundial bianual de sokatira sobre goma, que este año se ha celebrado en Castlebar (Irlanda del Norte). Entre los participantes se encontraba el equipo de Ibarra, que no ha regresado con las manos vacías del campeonato mundial de sokatira. "Hemos venido muy contentos", asegura Oihane Sarasola, una de las tiradoras. "Conseguir dos medallas y a ese nivel, consideramos que ha sido un gran logro". Además, el equipo destaca la importancia de la participación. "No hemos dejado a nadie en el banquillo. Las trece chicas y los quince chicos, en un peso u otro hemos participado, algo que no se ve siempre en otros equipos", aseguran los tiradores.

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